Aprovecho que todavía se puede encender el horno sin morir en el intento para preparar uno de los panes dulces más ricos que he probado hasta la fecha: vatrushka. Una receta de origen ruso muy fácil que resulta ideal para perder miedo a las masas y estrenarse en el mundo de la bollería.
La masa es muy manejable y agradecida, se deja manipular sin pegarse a los dedos o a la encimera. No requiere de largos levados ni reposos, por lo que, si los hacéis después de comer, los tendréis listos para servir a la hora de la merienda.