Ah, la pizza, ese majestuoso plato italiano que -casi- todos adoramos. Pero hoy vamos a rendir homenaje a la pizza de una manera diferente, en formato dip. Es una receta que se encuentra en algún lugar entre la fondue suiza y una suerte de lasaña, en el maravilloso universo de la pizza reinventada. Y sí, es tan "gochista" como os lo podáis imaginar. Hoy vamos a llevar la pizza al territorio del dipping, porque los martes también pueden ser días para darse un capricho.

La elaboración de este plato es bien sencilla. Solo se necesita una buena sartén, preferiblemente de hierro fundido, en la que saltear el beicon y la carne. Luego mezclamos queso crema, mozzarella y ricotta, añadimos al gusto nuestras especias favoritas: orégano, albahaca, ajo molido y un poco de pimentón. Sobre la carne, en la sartén, extendemos esta mezcla cremosa y aromática. Finalmente, la cubrimos con una capa de salsa de tomate, más mozzarella, lonchas de pepperoni y un poco de parmesano rallado. El toque final es el horneado, que funde y une todos estos ingredientes en un baño de sabores irresistibles.