Hoy queremos que vuelvas a enamorarte de un plato que fue muy popular en los años 80 y 90 aunque después cayó casi en el olvido junto a otros platos que hoy consideramos pasados de moda. Tienes que probar nuestras gambas a la gabardina, la receta que te reconciliará con este plato viejuno de cuyo final fueron responsables las terribles versiones congeladas que se vendieron en la última década del siglo XX.
La gabardina es el nombre que se da a un rebozado que da volumen a las gambas, le aporta crujiente y a la vez resulta ligero y esponjoso. Además, mientras que la mayoría podríamos comer gambas casi sin límite, al tomarlas con este rebozado similar al Orly, es suficiente con tomar tres o cuatro gambas para sentirse satisfecho, por lo que es un aperitivo que cunde mucho.
Ingredientes
Para 3 personas
Gambas de tamaño mediano (también puedes usar langostinos o gambones) 12
Yema de huevo 1
Harina de trigo 60 g
Agua con gas (también puedes usar cerveza) 50 ml
Una pizca de sal
Cómo hacer gambas a la gabardina
Dificultad: Fácil
Tiempo total 10 m
Elaboración 6 m
Cocción 4 m
Reposo 30 m
Comenzamos preparando la salsa que será la gabardina de nuestras gambas. En un bol mezclamos bien, usando las varillas, la yema de huevo con la harina y el agua con gas batiendo enérgicamente hasta conseguir una mezcla homogénea. La dejamos reposar en la nevera durante 30 minutos.
Mientras el rebozado reposa, aprovechamos para retirar las cabezas de las gambas y pelarlas dejando solamente el último segmento de su cola que nos servirá después para agarrarlas. Con las cabezas podemos hacer un estupendo fumet de aprovechamiento que nos servirá para recetas de arroces, croquetas o sopas.
Ponemos abundante aceite de oliva virgen extra a calentar en un cazo y comprobamos su temperatura echando una gotita de la mezcla de rebozado. La gotita debe hundirse ligeramente y subir rápidamente a la superficie. Entonces comenzamos a freír nuestras gambas a la gabardina, pasando cada una de ellas agarrada por la cola por el rebozado y de ahí la echamos al aceite. Se dorará por ambos lados dejándola un par de minutos.
Es conveniente hacerlas por tandas para no bajar la temperatura del aceite. Al hacerlo así y después escurrirlas bien en papel absorbente, las gambas quedan ligeras y crujientes, sin chupar grasa.
Con qué acompañar las gambas a la gabardina
Con una copa de vino y unos picos crujientes, no necesitas más para disfrutar de esta receta de gambas a la gabardina, aunque si quieres, puedes servirla con un poco de mayonesa o incluso con una salsa rosa casera para los que quieran, puedan untar en ella sus gambas a la gabardina antes de darles un mordisco.
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