La temporada de habas tiernas dura pocos meses y por eso hay que aprovechar cuando disponemos de ellas frescas, ya que en mi opinión resultan exquisitas, y son mucho más ligeras que en su versión seca. Pero por suerte también podemos disfrutarlas en recetas como esta ** ensalada de habas frescas con rabanitos y ventresca** utilizando la legumbre congelada o en conserva.
Con las habas frescas no hay que complicarse demasiado a la hora de cocinar con ellas, pues precisamente hay que sacar partido a lo tiernas y delicadas que son, incluso en crudo. Con un ligero escaldado se mantienen firmes y combinan muy bien con el toque refrescante y crujientes de los rabanitos crudos, que sirven de cama para una buena ventresca de bonito.