La carbonara es una de las recetas italianas para pasta más famosas, tan sencilla como deliciosa, aunque medio mundo sigue empeñado en mancillarla añadiendo nata. Curiosamente existe otra incluso más popular en Estados Unidos, nacida en Italia pero casi desconocida entre los italianos: la salsa alfredo es aún más simple al no llevar yema de huevo.
Habitualmente preparada con fettuccine, pero igual de válida con otras pastas de formalo largo, la salsa alfredo apenas tiene reconocimiento en su país de origen como tal, aunque es pura esencia italiana. Con muy pocos ingredientes, es una receta perfecta para comer bien cuando la nevera está bajo mínimos.
La historia de este plato nos lleva hasta las primeras décadas del siglo XX, a la ciudad de Roma. Allí, el cocinero Alfredo di Lelio, trabajando en el restaurante familiar bautizado con su apellido, ideó su propia versión de una preparación básica romana a base de mantequilla y queso. Aumentó las calorías del plato para nutrir a su esposa, embarazada por entonces, y llamó a la creación fettuccine al triplo burro. Gustó tanto que lo incorporó al menú y lo replicaría en su propio restaurante, años más tarde.
Se supone que el verdadero éxito llegaría cuando los actores hollywoodienses Mary Pickford y Douglas Fairbanks quedaron extasiados con el plato, dándole a la receta fama mundial. El plato, ya con el nombre de su creador, ganó una enorme popularidad en Estados Unidos, donde la cocina italoamericana estaba en auge y sigue hoy siendo de las más apreciadas en el país.
Aunque originalmente no lleva más que agua, mantequilla y queso, son habituales hoy las recetas que añaden nata, crema de leche o un roux ligero. Pero la elaboración más genuina, como la carbonara auténtica, brilla precisamente por su simpleza.
Ingredientes
Para 4 personas
Fettuccine u otra pasta similar, preferiblemente al huevo 350 g
Mantequilla 80 g
Queso Parmesano y más para servir 80 g
Pimienta negra molida
Sal
Como hacer fettuccine Alfredo
Dificultad: Fácil
Tiempo total 25 m
Elaboración 5 m
Cocción 20 m
Poner a calentar abundante agua salada y cocer la pasta cuando esté hirviendo con alegría. Controlar bien la cocción para sacarla con una espumadera o unas pinzas un par de minutos antes del tiempo marcado en el paquete para estar al dente, pues necesitaremos un tiempo extra de cocción posterior.
Dejar escurriendo la pasta sobre un colador, intentando no amontonarla mucho, y conservar toda o casi toda el agua. Echar en una sartén amplia dos cazos de ese agua con la mantequilla y calentar. Remover con unas varillas suavemente hasta que se derrita Incorporar la mitad del queso y remover hasta que se funda.
Incorporar la pasta a la sartén, removiendo bien, y algún cucharón más de agua hasta dar con la consistencia deseada. Incorporar el resto del queso, remover y añadir abundante pimienta negra recién molida. Servir con más queso y pimienta en cada plato.
Con qué acompañar los fettuccine
Si servimos buenas raciones de estos fettuccine alfredo estaremos más que satisfechos en la comida, pudiendo sumar una ensalada ligera como acompañamiento. También podemos servir la pasta a modo de primer plato, en raciones más reducidas, seguida de algo de pescado o carne suave, por ejemplo a la plancha, con alguna guarnición simple de verduras salteadas.
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