La cocina más tradicional italiana es un ejemplo de cómo la sencillez no está reñinda con el sabor o el disfrute. Un buen plato de pasta no tiene por qué llevar miles de ingredientes, a veces solo hacen falta dos o tres componentes para obtener resultados de lujo. Con mantequilla tostada y queso parmesano, esta receta de pasta se convierte en un clásico al que volver con frecuencia.
Las recetas de pasta con mantequilla o burro son muy habituales en la cocina italiana, demostrandonos también que esta grasa láctea puede convivir perfectamente con el aceite de oliva virgen extra en una misma gastronomía.