Hacía tiempo que quería probar el té matcha, así que cuando descubrí esta receta de pastel de té verde japonés y crema de naranja no me lo pensé dos veces, aunque este ingrediente no sea precisamente barato. El sabor es delicioso y combinado con la naranja aún más. El resultado es un pastel muy especial.
La receta original llevaba casi el doble de cantidad de azúcar para la crema de naranja, pero decidí reducirla tanto porque me pareció demasiado exceso. La verdad es que aún con la reducción es suficientemente dulce, incluso me parece que los sabores pueden apreciarse mejor. Si vuestro paladar es dulce ya sabéis, podéis incrementar en 200 g la cantidad de azúcar de la crema.