En nuestro país no se lleva mucho, pero hemos visto cientos de veces en el cine y series estadounidenses cómo pedir unos huevos revueltos o una tortilla francesa solo de claras es lo más normal del mundo. Se asocia siempre a personajes deportistas o que están a dieta, aunque nos parezca que prescindir de la yema sea un crimen gastronómico.
Hasta que tienes antojo de tortilla, no te quedan huevos y solo hay una botella de claras pasteurizadas en la nevera. Y encuentras una receta avalada por un famoso chef francés que un aspecto más que apetecible. La preparas y, de pronto, se convierte en tu plato comodín para desayunos, almuerzos o cenas.