El 21 de noviembre de 2018, el chef Dani García y su restaurante en Marbella se convertían en el undécimo tres estrellas Michelin de España. Apenas unos días después, el chef marbellí hacía saltar por los aires la noticia: su restaurante gastronómico, el que le había llevado a las tres estrellas, cerraría para convertirse en Leña, un steak house contemporáneo.
La noticia pilló con el pie cambiado al sector, a los usuarios y a la propia Guía, generalmente parca en las tres estrellas en España, donde la decisión de Dani García de cerrar el restaurante y cambiar por completo el formato de negocio torpedeó el modus operandi de la publicación francesa, que llegó a tener algunos desencuentros públicos con el cocinero.
Toda una vida persiguiendo las tres estrellas Michelin y, cuando las consigue, Dani García decide acabar de un plumazo con el gastronómico que le encumbró y buscar nuevas apuestas. Nada que reprochar al chef, que buscó democratizar y universalizar sus conceptos.
Ahí están Leña, Bibo, Lobito de Mar, Dani Brasserie dentro del hotel Four Seasons, el delivery de La Gran Familia Mediterránea, aperturas en Estados Unidos, sus hamburguesas con McDonald's... Y Smoked Room, el bombazo de la Guía Michelin 2022, que en apenas cuatro meses —abrió a mediados de julio— ha pasado de rutilante apertura a dos estrellas Michelin.
De golpe y porrazo, aunque no es Dani García quien está en la cocina de esta parrilla omakase con apenas 14 plazas y minimalista donde el fuego y la brasa llevan la voz cantante, sino el chef Massimiliano Delle Vedove. No deja de haber tampoco cierta ironía con la noticia, ni en lo que Michelin busca, ni tampoco en cómo los hoteles se han convertido en refugio de la alta cocina.
La prueba está en el movimiento que la cadena hotelera Hesperia, pandemia mediante, realizó en el Hyatt Regency Hesperia Madrid, sustituyendo el icónico Santceloni [un eterno dos estrellas Michelin] por las dos apuestas que Grupo Dani García ha posicionado en este cinco estrellas en el Paseo de la Castellana.
Leña, como su homólogo marbellí, y Smoked Room, la por ahora joya de la corona del emporio con la que el restaurador malagueño y sus socios han vuelto a entrar en Michelin por la puerta grande.
No deja de sorprender la celeridad en la consecución. Smoked Room abrió sus puertas a principios de junio y la guía francesa se 'cierra' durante el mes de septiembre: apenas cuatro meses han valido a los inspectores para constatar las dos estrellas.
Por ponerlo en contexto, el propio Dani García —prodigio de precocidad— tardó tres años en conseguir sus primeras dos estrellas (en el restaurante Calima, ya extinto, dentro del Hotel Don Pepe Gran Meliá),aunque en 2014, cuando voló 'solo' con Dani García Restaurante, también consiguió las dos estrellas de una tacada.
Lo que sí se demuestra es que García no es el hijo pródigo, y que la guía no se deja llevar por veleidades o envidias, ni tomó como desplante imperdonable que Dani García decidiera sacudirse el polvo de estrellas de sus hombros y afrontar nuevos caminos.
Un nuevo broche de oro para un Midas de la hostelería, bien secundado por sus socios, que demuestra no solo que Dani García sabe seducir a los inspectores de la guía francesa, sino que también la brasa está más de moda que nunca.
Imágenes | Grupo Dani García / Brandelicious
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